Con la llegada de la primavera comienzan las romerías, como en el caso de Cumbres Mayores, que ha celebrado su esperado Lunes de Albillo en honor a su patrona, Nuestra Señora de la Esperanza. Una celebración que tiene su origen en 1629, cuando una gran epidemia de garrotillo azotó al municipio y este se encomendó a la virgen.
Cumbres Mayores ha vuelto a vivir con intensidad uno de los días más esperados y sentidos de su calendario festivo: el Lunes de Albillo, jornada en honor a Nuestra Señora de la Esperanza, patrona del municipio serrano. La localidad entera se volcó un año más en un ambiente de júbilo, fervor y tradición. La imagen de la Virgen fue sacada en procesión por los alrededores de su ermita, donde centenares de cumbreños la aguardaban entre vivas, palmas y emoción.
Uno de los momentos más esperados fue la actuación de los danzantes de la Virgen, tanto del grupo adulto como del infantil, que con sus pasos milenarios y al son de la música de sus castañuelas, rindieron homenaje a la patrona. Este ancestral baile, que se transmite de generación en generación, es un testimonio vivo de la riqueza cultural del pueblo y de su profundo arraigo en las raíces serranas.
El Lunes de Albillo no es solo una fiesta religiosa: es una expresión viva del alma de Cumbres Mayores, un encuentro entre la fe, la identidad colectiva y el deseo de mantener vivas las costumbres que definen a este pueblo serrano. Con la emoción aún presente y el eco de los tambores en el recuerdo, Cumbres Mayores se despide de su día grande con el corazón lleno de Esperanza… hasta el próximo año.









