En Aracena, la Plaza Marqués se llenó de emoción y tradición el pasado domingo con la celebración de la Semana Santa Chica, una manifestación cultural única protagonizada por los más pequeños del municipio y que le puso el toque de ilusión a este fin de semana.
Aracena volvió a demostrar, una vez más, que su devoción y amor por las tradiciones no entiende de edades. El pasado domingo, la localidad serrana vivió con entusiasmo una nueva edición de su emblemática Semana Santa Chica, un evento que lleva 39 años transmitiendo el fervor cofrade a las nuevas generaciones.
Organizada por la Asociación Sociocultural de Costaleros y Capataces de Aracena, con el apoyo del Consejo de Cofradías y del Ayuntamiento, esta representación infantil reunió en la céntrica Plaza Marqués de Aracena a decenas de niños y niñas, de entre 1 y 14 años, que asumieron con orgullo los distintos roles cofrades: capataces, costaleros, nazarenos, mantillas, músicos y hasta ‘aguaores’.
Durante semanas, los más pequeños han trabajado con esmero en la confección de sus pasos, recreando con minucioso detalle los cortejos de las hermandades locales. ¿El resultado?: una jornada llena de emoción, donde los sones cofrades, el incienso y la devoción llenaron cada rincón del centro histórico.
Las pequeñas procesiones, organizadas por barrios, desfilaron ante la atenta mirada de familiares, vecinos y visitantes que no quisieron perderse esta expresión tan genuina de la cultura aracenense. Una vez más, la localidad demostró que su patrimonio cultural va más allá de sus calles y monumentos: late con fuerza en el corazón de sus niños, que, con ilusión y dedicación, mantienen viva una de las tradiciones más queridas por el pueblo.