En 2016 fallecieron en España 439 personas por ahogamiento, 344 hombres y 95 mujeres, el 41,7% de los fallecidos por ahogamiento tenían 65 años o más, mientras que 5 menores de 10 años fallecieron en piscinas.
La principal causa de fallecimiento fueron los ahogamientos por sumersión accidental. Además, 24 fallecidos eran niños y jóvenes menores de 20 años.
Sobre el lugar donde se ahogaron hay 23 personas que fallecieron en una piscina, 4 de ellos por una caída y posterior ahogamiento en ella. 5 de los fallecidos en una piscina eran niños menores de 10 años. En aguas naturales fueron 173 personas las que fallecieron por ahogamiento. Aproximadamente la mitad de los fallecidos en aguas naturales eran mayores de 60 años.
Como todos los años, el Ministerio lanza una serie de recomendaciones como asegurarse de que la piscina cuenta con las adecuadas medidas de seguridad como para que sus hijos pequeños no pueden acceder libremente; o que la vigilancia de los niños menores es responsabilidad de los tutores o padres.
Recuerda que hay que vigilar a los menores en todo momento cuando estén en el agua o jugando cerca de ella, y no delegue esta responsabilidad en un niño más mayor; si no sabe nadar o no nada bien utilice un chaleco salvavidas para bañarse o practicar un deporte acuático. Los flotadores hinchables no son recomendables.
En la playa recuerda que hay que respetar el significado de las banderas; bañarse en playas con vigilancia y respete siempre las indicaciones de los socorristas; y no sobreestimar su condición física ni su capacidad para nadar.
En el mar, si se encuentra cansado o tiene dificultad para volver, nade de espaldas moviendo las piernas solamente hasta llegar cerca de la orilla. Y recuerda que en zonas donde esté prohibido el baño no se puede bañar nadie.
También recuerda que el consumo de alcohol antes del baño disminuye la capacidad de reacción ante un peligro y puede propiciar conductas que pueden poner en riesgo nuestra salud; que bañarse de noche es muy peligroso; que tirarse de cabeza desde una gran altura, en lugares de poca profundidad o sin conocer si existe algún obstáculo en el fondo puede producir lesiones muy graves; y que hay que salir del agua al primer signo de cansancio o frío.