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Fue Domingo de Ramos. Y lo fue por el ánimo de las cofradías por llenar la ausencia de una calle que lloraba en silencio por no tener nazarenos cruzándolas en el día de la alegría de los cofrades. A pesar de ello, los hermanos y devotos pudieron estar cerca de sus imágenes a través de las estaciones de penitencia que se rezaron en todas ellas y de los actos que fueron conformando un programa de actos a la altura de lo que un día así requería. A las puertas, los onubenses aguardaban largas colas para poder entrar en los templos y ver acompañar a cada una de las cofradías del día. Y es que, en el ambiente se notaban las ganas de Semana Santa que hay en Huelva. Palmas, ramos de olivos, medallas, estampas, incienso saliendo de las casas, música y todo lo que rodea a la Semana Santa estaba ayer presente en el ambiente. En San Pedro, la Hermandad de la Borriquita recibió el cariño d ellos niños de Huelva y la emoción de quienes tiene en esta cofradía la apertura a los sueños de los cofrades. En el Polvorín, un bello altar recibía a los hermano de la Cena que pudieron rezar y sentir la emoción más puar junto a sus titulares. Por San Sebastián, Los Mutilados presentan una estampa única con la Virgen de la Paz insertada en el misterio del Cristo de la Victoria y en el Huerto Paco el Señor de la Redención volvió a derramar la sangre de su dedo mientras toda Huelva la recogía para empezar a descontar la llegada de un nuevo Domingo de Ramos con cofradías en la calle.

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