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Un año más, las Muñecas Madrina de Almonte han puesto el punto solidario a la Navidad. En este caso, con un acto de convivencia y reconocimiento a quienes hicieron posible aquel proyecto en el año 2007. Fue entonces cuando nació una iniciativa que consistía en la elaboración artesanal de muñecas de trapo. El objetivo era recaudar fondos para proyectos de cooperación internacional.

Amparo Espinosa confeccionaba la muñeca y las almonteñas, de forma voluntaria, se encargaban de vestirlas. Después, gracias al desaparecido misionero local José Antonio Rodríguez Bejerano y a la hermana almonteña Librada Cabrera, el dinero llegaba a su destino. Ayer el casino acogió una exposición que reflejaba los distintos tipos de muñecas con las que, durante años, el municipio colaboró en proyectos humanitarios.

Aunque el proyecto actualmente no está en marcha, el consistorio almonteño considera que darle viva sería una gran noticia. No solo por el sentido solidario, sino porque estas muñecas son historia viva de Almonte.

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