Los alumnos con Trastornos del Espectro de Autismo de música de ETHOS Centro para la diversidad Alejandro Pérez Pérez, Cristina Moreno Varela, Darío González López y Roberto Álvarez fueron los encargados de poner el broche final al III Congreso Andaluz de TDAH que se celebró los pasados días 27 y 28 de octubre en la Casa Colón de Huelva.
Una vez finalizado el exitoso congreso, la Orquesta Vita Música, donde hay varios componentes con diagnóstico de TDAH, ofreció un concierto de clausura con música de cine, rememorando películas como Rocky, Piratas del caribe, La misión o Lalaland entre otras muchas. Sin embargo, Eliseo Capel, director de la orquesta, junto a David Núñez, director y profesor de música de ETHOS Centro para la diversidad, tenían reservada una sorpresa muy especial para poner el broche final al congreso. Y es que cuatro alumnos con autismo de ETHOS cantaron acompañados de la orquesta dos canciones Disney. En primer lugar, Alejandro Pérez Pérez y Cristina Moreno Varela interpretaron “Bella y Bestia son”. Un dúo muy especial que consiguió emocionar y poner en pie a todo el público asistente. Y para finalizar Darío González López y Roberto Álvarez lo dieron todo con “Hay un amigo en mi”, canción con la que contagiaron al público de energía y de sus ganas de disfrutar de la música y que, una vez más, puso a toda la casa colon en pie tras la interpretación.
Hay que decir que, a pesar de que 3 de ellos (Roberto Álvarez, Alejandro Pérez Pérez y Darío González López) ya tienen amplia experiencia en actuciones en público y, además, con música en directo, recordemos que grabaron un disco por el que ya fueron noticia, sobre todo Roberto Álvarez con “GRACIAS”, lo que le llevó a actuar por toda Andalucía e incluso en plaza de Callao de Madrid y en el mismísimo Congreso de los Diputados, esta era la primera ocasión con una orquesta, con todo lo que esto implica para ellos. Sin embargo, para Cristina fue su primera vez sobre un escenario y lo hizo a lo grande, adaptándose perfectamente a las exigencias que la ocasión requería.
“Es muy importante destacar todo lo que para estas personas con TEA supone una actuación de 2 minutos, todo lo que hay detrás, antes y durante la actuación, todo el trabajo, no sólo en lo musical, como la afinación, la vocalización, el tiempo… sino también en lo personal teniendo en cuenta las dificultades que por su autismo presentan en el área de la comunicación y en el área social, así como con la rigidez e inflexibilidad del pensamiento. Es aquí donde más trabajamos en clase cuando tenemos una actuación. La anticipación de todo lo que va a ocurrir es fundamental, desde dónde actuamos (que vean fotos del lugar, el escenario…) hasta cómo nos colocamos en el escenario, cuando tienen que mirarme para las entradas, cuando canta cada uno respetando sus turnos y manteniendo la espera con tranquilidad, cuando miran al público, cuando se miran entre ellos, cuando tienen que darse la mano o un abrazo (la interacción social) expresiones faciales e interpretación con el cuerpo (lenguaje no verbal) para intentar transmitir los sentimientos y emociones de la canción… Y es precisamente en esto último donde más dificultades presentan, tienen que ponerse en el lugar del personaje de la canción para contar en primera persona la historia y la empatía no es tarea fácil para ellos. Sin embargo, a través de la música, poquito a poco vamos consiguiendo grandes logros que les está sirviendo para crecer y desarrollarse como personas”. Nos cuenta su profesor David Núñez Mañó.