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El calvario para los vecinos de la calle Lucena del Puerto y del Paseo de la Glorieta de la capital ha llegado a su fin después de que el nuevo propietario del inmueble situado en la confluencia de ambas calles, en el barrio del Molino de la Vega de Huelva capital, haya conseguido desalojar a los ‘okupas’ que durante más de tres años han residido irregularmente en dicho edificio de cinco plantas.

Los ‘okupas’ empezaron por instalarse en cuatro viviendas pero, en los últimos tiempos, se habían instalado de manera ilegal hasta en siete, en las que vivían con media docena de perros y “provocaban toda una serie de molestias que no han encontrado solución hasta este momento”.

El edificio de cinco alturas y local comercial (el único que se ha librado de la ‘okupación’ pero ha sufrido sus “tremendos inconvenientes”) estuvo destinado tradicionalmente a despachos y oficinas, pero fue víctima de la crisis económica e inmobiliaria y se encontraba en concurso de acreedores.

Tras su reciente adquisición, la sociedad ‘Tidiel Capital’dejó en manos del Bufete onubense ‘De Vega y Asociados’ la resolución del problema, que ha conseguido finalmente “un desalojo en un tiempo récord, habida cuenta las dificultades que había”, según destacan y valoran desde la empresa inversora.

La paciencia de los propios vecinos de los inmuebles colindantes había llegado a su límite y su día a día era ya insoportable, pues los ‘okupas’ les tenían “desesperados”: “Se había llegado ya a una situación insostenible, con siete perros en el patio del edificio, suciedad, malos olores y continuas molestias por ruido”, explica el abogado Javier de Vega, del despacho que ha conseguido para su cliente “recuperar la utilidad social y económica del edificio”.

Instituciones como el Colegio de Administradores de Fincas llevan dando la voz de alarma sobre el papel determinante que juegan en muchos casos de ”okupación’ las entidades financieras, llegando a bloquear la natural convivencia de las comunidades de propietarios cuando dejan de hacer frente a los gastos corrientes y no asumen las responsabilidades que conlleva la propiedad. Sin embargo, en esta circunstancia se trataba de todo un edificio en proceso concursal posterior a la quiebra de la anterior propietaria, alargándose así demasiado esta situación de ‘limbo’ legal que se padece en estos casos.

“El edificio del Molino de la Vega recobra su potencialidad y los vecinos su descanso después de un abandono que empezó en el año 2015 y en el que tanto los residentes en la zona como los propietarios del inmueble no encontraron las soluciones deseadas, ni desde el Ayuntamiento de Huelva ni de otras instituciones”.

Finalmente, ha sido a través de una negociación por parte de los letrados como se ha llegado a recuperar un “activo” para la ciudad, incluso con cierto poder simbólico en el barrio, pues se encuentra todavía en buen estado y hace esquina con una avenida muy transitada, por lo que sus actuales propietarios esperan transformarlo invirtiendo en una importante reforma.

Diputación destinó en 2018 más de 1,8 millones de euros en ayudas a las familias más vulnerables de la provincia

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