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Los vertidos de pellets que están llegando a algunos puntos de las costas gallegas, está haciendo que las entidades y asociaciones muevan ficha por su posible presencia en las playas de nuestro país. Así es el caso de la Unidad de Burros-Limpiacostas de Huelva, organizado por el colectivo ecologista Mujeres por Doñana, quienes ya planean la posible llegada de estas bolitas de plástico de pequeñas dimensiones.
Esta iniciativa nace con el objetivo de limpiar el litoral onubense de residuos tales como botellas, plásticos, aves muertas o incluso señalizaban para su retirada restos de uralita con amianto de las dunas y orillas de Doñana.
Todo ello con el propósito de seguir manteniendo el encanto de nuestras playas con alto interés medioambiental y, prácticamente, virgen. Tal es el trabajo realizado que han obtenido un gran seguimiento mediático internacional.
«Este grupo femenino amante de la naturaleza trabaja de forma totalmente altruista y asumiendo todos los costes de preparación y transporte.
Las mujeres, entre las que se encuentran personas de diferentes edades y profesiones como jubiladas y universitarias, comienzan con un desayuno de planificación, donde diseñan un plan de choque para intervenir ante cualquier mínimo peligro de contaminación que pueda haber en las playas.
Por otro lado, los burros son trasladados a las playas desde el Cuartel General” en la finca que la Asociación El Burrito Feliz en Hinojos.
Proceden del País Vasco y son de la denominada Raza De Las Encartaciones, caracterizada por tener una cabellera oscura, ser de pequeño tamaño y ser muy nobles, algo que hace que sea muy fácil poder tratar con ellos.
Los animales no acarrean prácticamente peso en sus alforjas de recogida y, además -aseguran las ecologistas onubenses- les encanta el mar y revolcarse en esa arena cuando acaban la tarea tras sus, aproximadamente, cuatro horas de apoyo en la limpieza.
Esta innovadora iniciativa ha despertado el interés de otras Comunidades Autónomas y voluntarias de “Mujeres por Doñana” han acudido invitadas al País Vasco para que asesoren a colectivos de la zona sobre la planificación, y puesta en marcha, de una unidad de rucios que limpien las playas del Cantábrico.
