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Dos nuevos jóvenes agricultores han firmado las escrituras de parcelas de la Zona Regable del Chanza. Con ello, son ya 33 los beneficiarios que han accedido a la propiedad de estas tierras en el marco de una iniciativa con la que la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, a través de un proceso de concesiones administrativas abierto en 2004, ha impulsado el nacimiento de 77 explotaciones familiares agrarias y la transformación en regadío de hasta 664,72 hectáreas en los municipios de Ayamonte, Villablanca, Isla Cristina, Lepe, Cartaya y Aljaraque.

Los últimos en culminar este procedimiento son los emprendedores José Manuel Feria Medina, de 36 años, y Jaime Badal Costa, de 29 años. El primero es ya titular del suelo que se adjudicó en 2007, cuando tenía 27 años, y en el que, con una superficie de 11,88 hectáreas de la finca conocida como Coto Mayor, en el término de Villablanca, cultiva granados y fresas. El segundo, dentro de esa misma localidad, también es propietario desde ahora de la parcela de 11,51 hectáreas, en su caso, de la finca denominada El Patricio, en la que se instaló en 2010, cuando apenas contaba 23 años, para poner en marcha una explotación de cítricos.

Ambos son, en consecuencia, según ha expresado el delegado territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Pedro Pascual Hernández, “ejemplos palpables” de esa apuesta por la diversificación, así como por la innovación y la búsqueda permanente de las mejores variedades, que viene de la mano de la savia nueva que llega al campo. Por ello, como ha reiterado, la rúbrica de cada acto de compra significa futuro para la agricultura no sólo de la comarca, sino de la provincia”.

El responsable de este departamento de la Junta de Andalucía en Huelva ha recordado el doble objetivo de promover el relevo generacional en un sector estratégico para la economía onubense y, al mismo tiempo, auspiciar que el suelo sea productivo, “para poner cada palmo de terreno que sea posible al servicio de la generación de empleo y riqueza”. Todo ello, sin olvidar, ha aposti-llado, el compromiso de “dar oportunidades a aquellos jóvenes que se niegan a abandonar el medio rural”.

Pedro Pascual Hernández ha subrayado, en este sentido, el éxito de un programa con el que Huelva fue pionera en el conjunto de Andalucía y que se ha traducido en la puesta en regadío de las fincas que estaban adscritas al extinto Instituto Andaluz de Reforma y Desarrollo Agrario (IARA). No en vano, según ha detallado, ya han adquirido el suelo el 42,86 por ciento de los adjudicatarios de toda la Zona Regable del Chanza, cifra que, con total seguridad, seguirá su línea ascendente en los próximos meses. “El resultado es claro, diversificación socio-económica, fijación de la población al territorio y mayores niveles de bienestar y calidad de vida en nuestros pueblos”, ha aseverado.

El proyecto, de un marcado carácter social, contempla la asignación del suelo en régimen de concesión administrativa por un periodo de cuatro años en los que el beneficiario ha de abonar un canon. Una vez transcurrido este tiempo, el adjudicatario ya puede acceder a la propiedad de su parcela, bajo un precio de compra al que se le descuenta la cantidad pagada en los años anteriores. No obstante, con la mirada puesta en la continuidad de la explotación, en el caso de que el agricultor no cuente en ese instante con capacidad para hacer frente a la liquidación siempre puede optar por prorrogar la concesión hasta en 25 años bajo las mismas condiciones.

Desde la Junta de Andalucía, con el fin de facilitar el acceso al crédito, se ha abierto, incluso, la posibilidad de suscribir hipotecas a favor de la Hacienda Pública. Esto, como remarca el delegado territorial, se antojaba necesario, dado que a la hora de conceder los lotes se primaba el acceso a personas con escasos recursos y que, en consecuencia, pueden sufrir trabas a la hora de obtener préstamos bancarios. También se han tenido en cuenta a la hora de resolver el concurso otros aspectos como la residencia en la zona, la formación mediante cursos para la incorporación al sector y la titulación agraria.

El perfil mayoritario de los concesionarios de estas 77 parcelas, que tie-nen, en su conjunto, una superficie media de 8,41 hectáreas, es la de un joven emprendedor, muchos de ellos hijos de agricultores que han encontrado en el sector una salida profesional y que prosiguen, de este modo, con la tradición familiar. Otro dato a resaltar es la incipiente incorporación de la mujer. En torno al 25 por ciento de estos asentamientos están dirigidos por ellas.

Los cultivos elegidos, por su parte, van desde las fresas hasta los cítricos como la naranja o la mandarina, sin dejar atrás otros productos que se abren cada vez más paso en los mercados y que aportan el extra de la diversificación al campo onubense. Entre ellos, los nectarinos, los caquis, los aguacates, las frambuesas e, incluso, frutas tropicales como el mango.

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