Claudia y Jessica se encuentran a más de 9.000 km de su tierra. Ambas han llegado desde Chile y, además de conocer las maravillas de Andalucía se han sentido atraídas por la posibilidad de llevar a cabo, por etapas y sin premura, una ruta jacobea entre la Aldea de El Rocío y Santiago de Compostela.
Sienten fascinación por conocer el vasto territorio que separa el entorno de Doñana de una Galicia verde y acogedora. Su inquietud está siendo seguida, de cerca, por diversos medios de comunicación que han encontrado muy llamativo el perfil de la “tercera” compañera que ha partido con ellas.
Claudia y Jessica no se enfrentan solas a la travesía ya que, al menos en parte, van a contar con la compañía de la burra “Alaska”, una asna cedida por la Asociación “El Burrito Feliz”. “Alaska” es una burra de pura raza zamorana. Su enorme envergadura y su aspecto de peluche se unen a un carácter dócil y travieso.
Jessica Salinas trabaja en América en un departamento de asuntos sociales y se involucra en todo lo relacionado con el empoderamiento femenino y la lucha por los derechos de las mujeres. Su compañera Claudia Henríquez ejerce como profesora en la remota isla chilena de Juan Fernández, un remoto territorio en el Océano Pacifico a más de 600 kilómetros de la Costa. En la isla de Juan Fernández su población vive básicamente de la pesca, y comercialización, de las enormes langostas que se crían en esas aguas. A este territorio también se la conoce con el curioso nombre de Isla de Robinson Crusoe.
Las dos aventureras se encuentran en la actualidad en el proceso de aprendizaje y adaptación para manejar a los burritos. También están conociendo el trayecto, complementario, que, partiendo desde la Iglesia de Santiago Apóstol de la localidad de Hinojos, recorre durante unos 24 kilómetros el entorno de Doñana para alcanzar la Ermita de El Rocío. Un mini “Camino de Santiago” que, según las promotoras, permitirá a las futuras participantes disfrutar de una experiencia Jacobea en el caso de que no deseen, o no puedan, llevar a cabo un trayecto de casi 1000 kilómetros hasta Compostela.
“Mujeres por Doñana” ha puesto en marcha esta ruta que, confían, permitirá dinamizar económicamente a esta población. Para ello han contado con la colaboración y asesoramiento de un joven hinojero que les ha mostrado todos los secretos de este trayecto.
Desde entonces peregrinas canadienses, estadounidenses y, como es este caso latinoamericanas, han encontrado una iniciativa que les permite conocer la península de sur a norte y, además, disfrutar de un inicio que comienza en Doñana, lo que les invita a conocer, y dar a conocer en sus países, las maravillas del entorno natural más importante de Europa.
La idea de las promotoras de proporcionar burritos de apoyo a las peregrinas en las primeras etapas ha resultado ser un verdadero polo de atracción para muchas aventureras que de esta forma disfrutaran de la interacción con animales que han sido entrenados para este fin. Cabe mencionar que no se permite sobrecargar a los burritos con equipaje y solo pueden acarrear bultos livianos.
Cuando las peregrinas alcancen Extremadura, “Alaska” retornara a su paraíso del bosque de Hinojos donde, con otros burros, disfruta de una existencia feliz.