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Pasear por los lugares que fueron alcanzados por las llamas es observar la catástrofe natural a la que incendio ha sometido a estas tierras. Un paisaje bucólico, frío a pesar del calor que desprende el suelo, hierático y falto de vida. En las Peñuelas, el miedo atraviesa el aire, casi cuesta hablar ante el dolor que se esfuma como el humo y los rescoldos del fuego que queda aún allí. Una de las visiones más impactantes es la conocida como Cuesta Maneli. Un lugar paradisíaco que se ha visto acribillado por el fuego y que ha dejado sin aliento a todos los onubenses que disfrutaban de tan bello lugar. El fantasmal escenario ha sido cerrado y no se puede acceder a la cuesta.

 

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El Mundo por Montera

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