El colegio Virgen del Rocío sigue en su empeño de ser algo más que aulas. Por ello un año más, ha inundado las calles de la capital de color, alegría y devoción junto al Pastorcito Divino.
Un recorrido que les ha llevado por las calles de las Adoratrices, el Huerto Paco y la parroquia Cristo Sacerdote. Todo ello sin dejar de cantar, bailar y regalar sonrisas.
Un caminar que sigue creciendo con el paso del tiempo y que se va asentando como un momento único en nuestra ciudad. Todo ello de la mano de la comunidad educativa de la familia CVR y la Blanca Paloma.