Por 
Hoy hemos vuelto al trabajo y no estabas… tu equipo esperaba en la repisa una intensa jornada, tu silla estaba vacía y en el ordenador los proyectos que dejaste pendientes de terminar. Pero, aún así, tu recuerdo estaba aquí, entre el trasiego del trabajo diario, entre la risa que nos provocan los miles de recuerdos que nos has dejado. No estás, pero te seguimos viendo. En las fotos que adornan la pared de tu ordenador, en las dedicatorias de post-it que te dejábamos, en el recuerdo de tu risa, en la forma en la que te llamábamos o hasta en el brillo dorado de tu pelo volando al viento con los nervios que te caracterizan.
Qué vacío has dejado aquí querida… qué difícil nos va a resultar el día a día sin ti. Nos quedamos sin tu precisión, sin tu profesionalidad, sin tu eficacia, sin tu sensibilidad, sin tu refinado gusto en la edición… nos quedamos sin ti. Aquí tus compañeros te pedimos fuerza, esa que tanto utilizaste para enfrentarte a la vida. Hasta siempre Al, nunca nunca te olvidaremos.
