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Son las siete menos cuarto de la mañana y Huelva rompe el silencio de la noche con el repique de campanas del Santuario. Es el tercer domingo de agosto, y como es tradición, la patrona baja hasta el centro de la ciudad para presidir los cultos en su honor.

La Virgen chiquita transcurrió por el bello entorno del Conquero navegando sobre un mar de devoción cintera. Y es que son muchos los onubenses que tienen como punto de encuentro este primer acto de la Cinta, que reúne cada año a miles de onubenses.

Los primeros rayos del sol comenzaron a salir desde la marisma del Odiel reflejando los primeros destellos en el templete de la patrona. Mientras, su grupo de campanilleros interpretaban las plegarias y canciones populares de la cinta, a las que la imagen parecía acudir guiada por el sonido de las campanillas.

Los misterios del rosario de la aurora se rezaron en diferentes puntos del recorrido como la Plaza de San Pedro o el obispado, donde el obispo de la ciudad, José Vilaplana Blasco, recibió a la patrona rodeado de fieles y destacó la profunda devoción que los onubenses sienten a su patrona.

El paso de la patrona portaba una reliquia del Manuel Gonzáles, arcipreste de Huelva y director espiritual de la hermandad, que será santificado el próximo mes de octubre. Debido a esta efeméride, el cuarto misterio del rosario se realizó frente al monumento del beato.

La Virgen Chiquita llegó a la parroquia de la purísima concepción pasada las 12 menos cuarto de la mañana. Allí, permanecerá cerca de sus devotos un año más, recogiendo las plegarias y los rezos de todos los onubenses

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