Por Hoy viajamos a Los Marines para reencontrarnos con esos personajes que marcaron nuestra infancia. El dibujante onubense, Ignacio Bejarano, nos invita a soñar de nuevo con una exposición llena de nostalgia, fantasía… y mucho corazón.
Los Marines se ha convertido en el escenario de un cuento hecho realidad. Allí, entre lápices, colores y recuerdos, el artista onubense Ignacio Bejarano ha abierto una ventana al pasado con una exposición que emociona y sorprende a partes iguales. Solo necesita papel y lápiz para devolvernos la magia de nuestra niñez. Blancanieves, 101 dálmatas, Dumbo, Peter Pan… Personajes que marcaron generaciones, y que Ignacio ha sabido traer de vuelta con un trazo lleno de vida.
Desde que era niño, Ignacio soñaba con dar forma a los mundos que lo hacían soñar. Hoy, ese sueño toma cuerpo en una muestra donde también hay espacio para sus pasiones de juventud, como Dragon Ball, cuyas ilustraciones forman parte esencial de esta exposición. Un homenaje a esas historias que acompañaron —y aún acompañan— a niños y adultos.
Pero su talento no se queda solo en el arte. Ignacio también ha puesto sus ilustraciones al servicio de causas importantes, como en el libro «Bullying. Ideario pedagógico de una víctima», donde dio imagen a una historia necesaria y comprometida. Uno de los momentos más especiales de su trayectoria fue cuando llevó su arte a la planta infantil de un hospital. Allí, con sus dibujos, regaló ilusión a los más pequeños, demostrando que su mayor don no es solo dibujar, sino compartir su pasión con generosidad.
Esta exposición, que permanecerá abierta al público hasta el sábado 30 de agosto es una invitación a volver a creer en la magia, a reencontrarnos con la infancia, y a dejarnos llevar por la imaginación de un artista que dibuja con el alma.
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