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Los vecinos de la avenida Costa de la Luz ya respiran más aliviados. La unión ha hecho la fuerza y juntos han conseguido por desalojar a los okupas de un local que se había convertido en una pesadilla para ellos. Hoy ya no estaban cuando la policía ha entrado en el local. Han sido dos años duros, de miedos y desesperación ante la impotencia de no poder hacer nada.

Desde el hartazgo estos vecinos hacen un llamamiento a los que permiten la ocupación de forma ilegal y toleran que tengan que convivir con esta realidad.

Avisan que mañana nos puede toca a cualquiera y convertirnos en víctimas de una realidad incomprensible y señalan a las autoridades como responsables de enseñar a estos individuos la forma de aguantar años en locales donde se vende drogas, prostitución y reyertas sin que les pase absolutamente nada.

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