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Moguer ha celebrado un año más la Feria 1900, una iniciativa que ha recreado aquella ciudad próspera y culta que vio pasear al joven Juan Ramón Jiménez, con una espectacular tematización de todo el casco histórico de la ciudad, y una programación con alicientes para todos los públicos.
La ciudad del poeta se ha convertido durante el fin de semana en destino preferente para toda la provincia y, por ello, se ha diseñado una feria que desde su inauguración el viernes por la tarde hasta su clausura en la noche del domingo, ha contado con decenas de propuestas de animación, entre las que han destacado la Ruta Gastronómica de tapas y la Ruta la Ley Seca de Cóckteles, en más de una veintena de establecimientos hosteleros, pero la boda de Juan Ramón y Zenobia, fue uno de los momentos más esperado por todos.
La cooperativa Cuna de Platero fue la encargada de agasajar a todo el pueblo con una tarta gigante de fresas y frutos rojos.
La implicación en este proyecto de cientos de moguereños ha sido patente, ya que, bien a través de las asociaciones ciudadanas o a título particular, han sacado de sus armarios aquellos trajes de época, y han salido a la calle para reivindicar aquél Moguer de finales del XIX y principios del XX.
Esta feria de época, además de trasladar en el tiempo y recordar multitud de acontecimientos, se ha revivido el carnaval de 1900 con las antiguas piñatas y la quema de Judas.
