0

Las llamas sacudieron hace ahora un año el el rostro más puro de la Tierra. El pulmón por el que respira Huelva se quedó sin aire una tarde de junio y toda su alma se tiñó de negro para carbonizar la sonrisa de los onubenses. A todos se nos estaba quemando el corazón, porque ese es precisamente el latido de nuestro pecho cuando buscamos encontrarnos con la vida. Aquel día ardió la naturaleza misma del ser humano, capaz de matar lo que fue creado para amar. Hace un año sólo las lágrimas sirvieron de agua para rociar el humo que como fino velo nos cegaba la vista. El tiempo terminará de sellar de nuevo el nacimiento de un nuevo paraíso, capaz de volver a enamorar a las paredes del cielo. De algunos relatos sólo nos queda el recuerdo, feliz recuerdo de nuestra infancia, de nuestros primeros juegos, de nuestra primera sonrisa y de un amor descrito entre sus pinos. En Doñana hemos escrito parte de nuestra historia como personas, ahora nos queda seguir regalando el folio en blanco con el que otras generaciones puedan dejar en ellos el renglón  de otras miles de historias de la felicidad.

Más de Aquí

Artículo anterior

Mesa de la Ría llevará al pleno el desarrollo de la ZAL

Artículo siguiente

También te puede interesar

Más de Noticias