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En las miles de cajas que se almacenan en las estanterías del Banco de Alimentos se ocultan innumerables historias de familias y personas que pueden comer gracias a la solidaridad de los onubenses.
La cantidad de alimentos que se recogen a diario en el almacén, requiere una ardua labor cuya responsabilidad recae en un nutrido grupo de voluntarios que se encargan de clasificar productos y enviarlo a diferentes asociaciones.
Manuel, es uno de los más de 20 voluntarios que a diario trabajan en el almacén para dar cobertura a todas las instituciones que demandan alimentos. Llegó al banco por una casualidad, y ha cambiado su vida…
Se trata de un trabajo que requiere de responsabilidad, pero también empatía. Una labor cuyo sueldo se traduce en el sentimiento de hacer el bien por los demás.
A pesar de ser una de las ciudad con menor renta per cápita del país, Huelva puede presumir de ondear la bandera de la solidaridad entre kilos y kilos de alimentos.
