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Nos hicieron soñar hasta el último suspiro del partido, el fútbol hizo justicia hasta llevarnos a la épica en forma de prórroga pero, finalmente, en esta versión de la historia Goliat acabó venciendo a David.

Los muchachos de Juanma Pavón ofrecieron una versión superlativa de sí mismos frente a un rival de altura, regalando a su afición un espectáculo digno de ver. El partido comenzó con un San Roque valiente, poderoso, dominador y con un orgullo inquebrantable. Hicieron el encuentro suyo ya desde el minuto uno y consiguieron descolocar a jugadores de la talla de Portu, Enes Ünal, Munir o Djené, e incluso a un portero que alberga tres Copas de Europa como Kiko Casilla, cuyos errores estuvieron a punto de meter a los azulones en serios problemas, con la cabeza de Quique Sánchez Flores de por medio.

Álvaro Vázquez inició el sueño del triunfo en el 18′ tras el falló garrafal de Casilla al sacar el balón jugado desde el área, fallo derivado de la presión alta que ejercieron los aurinegros para que el esférico acabase en las botas de Vázquez que no titubeó para hacer el primero. El ambiente en las gradas, que ya era absolutamente espectacular, terminó de explotar de emoción tras los primeros cuarenta y cinco minutos con el San Roque ganando de uno y después de que Gil Manzano le mostrase a Joel la tarjeta roja al realizar presuntamente un control del balón con la mano; roja que después cambiaría por una cartulina amarilla gracias a la intervención salvadora del juez de línea. Sin embargo, la alegría no duró demasiado, nada más arrancar la segunda mitad, el Getafe ponía el empate a balón parado tras un testarazo de Latasa (48′), recién incorporado desde el banquillo. En los siguientes compases del envite, el conjunto aurinegro siguió poniendo contra las cuerdas al equipo madrileño, con ocasiones claras de Pablo Haro y Santisteban para romper las tablas en el marcador. En cambio, el balón parado a favor de los azulones volvió a helar los corazones aurinegros, saque de esquina y cabezazo de Ünal en el 80′ para hacer el uno a dos.

Cuando parecía que el final se acercaba y solo quedaba resignarse con la derrota, llegó el milagro que insufló de nuevo vida a la eliminatoria, otro error clamoroso en el despeje del guardameta del Getafe que aprovechó Santisteban y gol en el 94′ que hizo enloquecer al Ciudad de Lepe, los de Juanma Pavón nos regalaban otros 30 minutos extras para seguir soñando. El sueño acabó tras la diana de Borja Mayoral en el 99′, después de una contra donde los aurinegros llegaban fatigados a defender, a causa del descomunal esfuerzo físico que llevaron a cabo durante todo el partido. Es posible que lo más justo, tras el partidazo que protagonizaron todos los futbolistas del San Roque que saltaron al terreno de juego, hubiese sido llegar a los penaltis, pero la valentía, el fútbol y el orgullo que mostró el plantel de Juanma Pavón este domingo, solo es digno de reconocer y aplaudir.

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