La devoción a la Virgen del Rocío es una herencia que pasa de padres a hijos a través de los años. Una semilla rociera que se planta y se cuida con mimo y esmero durante todo el año y que florece cada primavera a las plantas de la Reina de las Marismas. Esta herencia rociera se palpa en cada rincón del Condado, y así lo viven también en Niebla.
Niebla celebra esta devoción de los más pequeños de la localidad a la Virgen calentando motores ‘El Rocío de los Niños’ un pequeño camino, donde no faltan los carros, los caballos, las guitarras y donde recorrerán las calles de su pueblo a compás de sevillanas.
Un camino acompañado de un carro solidario, donde los pequeños podrán colaborar aportando alimentos no perecederos. Una iniciativa que culminará en el Castillo de los Guzmanes, donde continuarán celebrando en convivencia con una barra a beneficio de la Hermandad del Rocío de Niebla, para hacer más amena la espera mientras descuentan los días para andar el camino.