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Supervisar el funcionamiento de una red de distribución de electricidad que cuenta con más de 60.000 kilómetros de líneas de alta y media tensión, 450 subestaciones y 55.000 transformadores, propiedad de 71 empresas distribuidoras que dan suministro a los consumidores andaluces, es la misión que tiene encomendada el Centro de Evaluación y Seguimiento Energético de Andalucía (CESEA), un vigilante permanente de la red eléctrica que sabe en todo momento cuándo se produce un apagón, el tiempo que la empresa suministradora de electricidad tarda en solventarlo, cómo evoluciona la demanda o cuándo se registra un aumento inusual de consumo, como el ocurrido el pasado 12 de enero, cuando la temperatura media en Andalucía no llegó a los seis grados por el temporal Filomena y todos encendimos a la vez nuestra climatización.

Disponer en nuestras casas de un servicio tan básico como es la electricidad, con calidad y sin que se produzcan cortes continuos, es algo que deben garantizar las empresas suministradoras de electricidad. Y es labor de la Junta asegurarse de que el servicio eléctrico que se presta a los andaluces es el óptimo y adecuado. Para ello, diariamente desde CESEA se evalúan más de un millón de datos de la red de distribución a través de la cual la electricidad llega a nuestras casas para controlar la calidad del suministro que nos ofrecen las compañías gracias a una potente herramienta informática denominada SINEA (Sistema de Información Energético de Andalucía).

Y si se produce un corte de luz importante -cuando afecta a más de 1.000 suministros durante más de 30 minutos-, determina las causas que lo han provocado, llevando a cabo un seguimiento de su estado de reposición o resolución. A posteriori, también elabora un detallado informe indicando las medidas que las distribuidoras deben poner en marcha para evitar que vuelva a repetirse.

Se trata de una unidad operativa a pleno rendimiento los 365 días del año, gestionada por la Agencia Andaluza de la Energía.

Planifica el diseño de la red para cubrir la demanda

Situaciones como la provocada por la pandemia de Covid-19 ponen en valor la necesidad de que un servicio esencial como es la electricidad cuente con unos parámetros constantes de calidad adecuados para abastecer a hospitales, centros asistenciales, enfermos medicalizados en su propio hogar y a miles de personas haciendo vida y teletrabajo en sus domicilios las 24 horas.

Por ello, además del control exhaustivo y del seguimiento en tiempo real del suministro de electricidad que llega a todos los lugares de Andalucía, CESEA también detecta los posibles puntos de riesgo, a través del registro de los cortes eléctricos que se han producido. A partir de los datos de la aplicación SINEA, también realiza simulaciones de red y analiza la calidad del suministro en la comunidad. La finalidad es identificar las instalaciones donde se producen interrupciones de manera repetida, las que tienen cargas elevadas y necesitan ser reforzadas o los municipios con carencias en el suministro. Para ello, se examinan todos los días del año las líneas de alta y media tensión y los transformadores.

Con toda esa información, CESEA propone las actuaciones necesarias para garantizar y mejorar la calidad del suministro en Andalucía. Actuaciones que se asegura que quedan incluidas en los planes de inversión en infraestructuras de las 71 empresas distribuidoras que desarrollan su actividad en la región y que superan los 300 millones de euros anuales cada año, si bien una destaca sobre el resto: E-distribución Redes Digitales S.L.U., antigua Endesa, atiende al 94% de los clientes y el 96% del consumo.

La Agencia Andaluza de la Energía los analiza uno a uno para cerciorarse de que las inversiones que van a realizar las compañías se destinan a solucionar los problemas detectados durante el seguimiento de la red de distribución, así como a paliar las necesidades trasladadas desde las distintas delegaciones territoriales.

Así, gracias a una metodología propia que le permite disponer de los indicadores de calidad de suministro estimados un año antes de que se publiquen los datos oficiales por parte del Ministerio competente en energía, CESEA identifica las carencias para que se puedan implementar medidas correctivas con mucha antelación. Todas estas necesidades se transmiten a las empresas distribuidoras para que incorporen soluciones en sus planes de inversión, y cuyo cumplimiento revisa también el Centro.

Planes de emergencia en invierno y verano

A petición de la Junta de Andalucía, ante la previsión de cambios meteorológicos sustanciales, con temperaturas mínimas en invierno y máximas en verano, las empresas distribuidoras diseñan lo que se conoce como «planes de garantía del suministro» o «plan operativo de emergencias», en los que deben prever el menor impacto posible en el caso de que se produzcan incidentes en el suministro eléctrico.

La Agencia Andaluza de la Energía vigila para que las empresas distribuidoras revisen las infraestructuras más críticas y comprueba que los planes incorporan los medios necesarios para garantizar una correcta actuación en caso de incidencias: retenes de personal suficientes, disponibilidad de repuestos, grupos electrógenos en cantidades adecuadas para poder ser instalados en caso de necesidad… al tiempo que establece plazos de respuesta ante incidencias. Cuando finalizan estos planes de invierno (del 15 de diciembre al 15 de marzo) y de verano (del 15 de junio al 15 de septiembre), CESEA también realiza un análisis para verificar si se ha garantizado un suministro de calidad a los andaluces durante su periodo de vigencia.

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