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El mantra “Huelva no tiene de nada” ha calado profundamente en muchas de las mentes de los habitantes de la capital a lo largo de los años. “Como la gota china”, lamenta el historiador, archivero y amante del patrimonio onubense Agustín P. Figuereo, todo apunta a convertirse en una profecía autocumplida: “si nos repetimos unos a otros que no tenemos identidad, acabaremos por dejar de cuidar y conocer lo que aún nos queda en pie”.

El catálogo Edificios de interés de la ciudad de Huelva, que Agustín guarda con tesón en las primeras filas de su estantería, se publicó hace escasos 50 años, en 1977, a cargo de la Diputación Provincial de Huelva. Hoy, a 2024, han desaparecido en torno al 40% de los edificios que sí que aparecen en el inventario. Otros han sido modificados convirtiéndose en prácticamente irreconocibles.

Si buscamos “culpables”, Agustín habla de distintos factores: por un lado la propia ciudadanía – desde promotores privados y particulares hasta la sociedad- pero también las instituciones que deben velar por la protección de nuestra identidad patrimonial.

Muebles Bravo. La Placeta. Arquitecto Moisés Serrano, 1912. Con reforma posterior del mismo autor en 1924.

Si nos centramos en cada una de las zonas de Huelva, una de las más perjudicadas ha sido la del casco antiguo, con edificios llamativos que se situaban entre la Plaza de la Merced y El Punto. También algunos elementos aislados que conformaban la identidad de la ciudad, como muchos de los edificios del Conquero, enclaves en la zona de La Florida como la Guardería del Castillo, que ya no existe.

“Un ejemplo que uso para hablar de la identidad de la ciudad es la construcción de barriadas en muchas ciudades andaluzas durante los años 70, similares a la barriada de Verdeluz en Huelva. Hay una exactamente igual en Sevilla y otra en Córdoba. Si nos sueltan con los ojos cerrados en alguna de ellas, sería difícil saber si estamos en la de Huelva, Sevilla o Córdoba porque son construcciones uniformes. Sin embargo, si nos dejan en la Plaza de Las Monjas o en la calle Sierpes de Sevilla sí que las reconoceríamos como señas de identidad de una ciudad concreta. Esa es la identidad; saber quiénes somos para diferenciarnos”, apunta el historiador.

El inventario recoge, entre otras muchas localizaciones de la capital que han cambiado radicalmente, una manzana entre la calle Fernando el Católico o Palos, San Salvador, Ricardo Velázquez o Arquitecto Monís con una serie de casas -de las que quedan prácticamente ruinas- entre las que se incluye la casa del cronista onubense Diego Díaz Hierro. “Las casas, los hogares y viviendas también forman parte de la identidad de la ciudad. Por suerte, las de la calle Rábida aún se conservan pero son más las que han desaparecido por completo”, cuenta.

Tampoco, según el especialista, podemos hablar de “un hito concreto” para situar la desaparición de tantos lugares icónicos de la ciudad. “Quizás el error ha estado en no desarrollar un plan de urbanismo algo más protector con esa seña de identidad de la que hablábamos, aunque sí que se ha configurado como una ciudad moderna con muchos servicios necesarios”.

Contar con “edificios bonitos y estéticos” redunda en el bien de la propia ciudad: “vendrá gente, consumirá, aumentará el turismo. Si dejamos estructuras homogéneas el turismo también lo sufre”.

Hotel Granada. Calle Méndez Núñez, 11, de estilo Neomudéjar /
Hotel Granada. Calle Méndez Núñez, 11, de estilo Neomudéjar / Edificios de interés de la ciudad de Huelva

El terremoto de Lisboa (1755) arrasó con gran parte de la ciudad. También la desamortización del XIX -que se llevó el Convento de la Victoria- cambió la historia de Huelva, quedando sin gran parte del patrimonio histórico que sí conservan otras ciudades andaluzas. “Se perdió también la Ermita de Saltés, se empezó el desmonte de Los Cabezos a partir del Molino de Viento, entre otras cosas”.

La Huelva de hoy y la de ayer, por lo tanto, no tienen nada que ver. “La zona de la Concepción, la calle Mora Claros, Méndez Núñez o La Placeta, estaba llena de grandes palacios como el de los Trianes. Había palacios con patios interiores como las sedes de cargadores y mercaderes de Cádiz. Todo eso se ha esfumado”.

El Palacio de los Garrocho era un caserón “impresionante”, de estilo barroco del siglo XVIII, con un gran escudo, tejaroz y columnas en la fachada. Es muy sentimental para la ciudadanía de la zona aún.

Casa de los Garrocho. Calle de la Fuente. "Su aspecto de palacio barroco del siglo XVIII con escudo y guardapolvo" / Edificios de interés de la ciudad de Huelva
Casa de los Garrocho. Calle de la Fuente. «Su aspecto de palacio barroco del siglo XVIII con escudo y guardapolvo» / Edificios de interés de la ciudad de Huelva

Más tarde llega el protagonismo de la industria minera a Huelva. “La implantación de las oficinas de ingleses, alemanes de compañías mineras se ubica en Huelva. Así se desarrolla con nuevas edificaciones que sí que se conservan, como el Barrio Obrero o la Casa Colón. Otras, se han ido, como la Estación de Zafra”.

La Estación de Zafra tampoco existe ya. Hoy en día, es parte de la Delegación Provincial de la Junta de Andalucía. “Son las oficinas de al lado de la estación, lo que era es el edificio como tal desapareció”.

Estación Huelva-Odiel. Avenida de Alemania,3. Popularmente conocida como Estación de Zafra / Edificios de interés de la ciudad de Huelva

La calle Puerto, de vital importancia ahora y entonces, contaba con una hilera de casas y casonas. Era crucial para el comercio de la ciudad, siendo un enclave de crecimiento y expansión de Huelva. “Uno de los edificios de los que quedó algo fue una parte de la Casa del Ajimez, que estaba en la calle Puerto frente al Paseo de Santa Fé. Concretamente, se salvó la propia ventana: ahora está en los Jardines del Santuario de la Cinta”.

Que azar, desarrollo y protección vayan de la mano no es tarea fácil, pero tampoco imposible. “Para cuidar algo, tenemos que conocerlo. Hay que trabajar con los más pequeños, desde el colegio, el valor que tiene nuestra ciudad”.

Un ejemplo de algo que nos distingue y que aún conservamos es el edificio del Instituto de la Juventud, de la calle Rico “Es un edificio modernista que es una maravilla. Si entre todos lo valoramos y protegemos, el día que alguien quiera tocarlo, la ciudadanía será que se plante”.

Como ese, Huelva tiene aún edificios de la corriente del “racionalismo arquitectónico”, como la gasolinera que está delante del Hipercor que está además protegida. Se trata de una corriente de importancia mundial, y Huelva tiene muchos ejemplos de ella en la calle Berdigón o la Avenida Italia.

“Aún tenemos muchas cosas, pongámoslo en valor”, concluye el historiador.


Fuente 👉 Montaner Roselló, Jaime; Jiménez Martín, Alfonso; y Escrig Pallarés, Félix, Edificios de interés de la ciudad de Huelva, Diputación Provincial de Huelva, 1977.

📸 Fotografías realizadas por Mercedes Guil.

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