Por 
Carolina Marín ha sido capaz de derribar todas las barreras en el mundo del bádminton. La onubense acaba de colocarse cuarta en el ranking mundial, después de recuperarse de una importante lesión y ganar tres títulos consecutivos en el último año: el All England, el Open de Suiza y, hace tan solo unos días, el Campeonato de Europa celebrado en Alemania. Actualmente se prepara para los Juegos Olímpicos de París 2024.
La jugadora de bádminton afirma que no tiene manías estrictas a la hora de entrenar o competir, ya que, explica, no quiere condicionarse pensando que, si algo cambia en la rutina, las cosas van a ir necesariamente mal. Sin embargo, es cierto que lleva a cabo algunos «rituales». Por ejemplo, en sus últimas competiciones siempre ha llevado un reloj de pulsera deportivo:
Se trata de una pieza única del AIKON #Tide de Maurice Lacroix que la manufactura suiza diseñó en colaboración con la propia Carolina. Es un modelo en color rojo, uno de los colores favoritos de la deportista que, afirma, «simboliza pasión y representará el color de España en los Juegos Olímpicos de París 2024». La esfera tiene también toques en morado intenso, representando la fuerza y la determinación que Carolina deposita siempre en la pista.
En el reloj se puede leer la inscripción «Puedo porque pienso que puedo», lema que abandera Carolina Marín en las pistas y fuera de ellas desde hace varios años, en momentos tan importantes como cuando se hizo con el oro olímpico en Río de Janeiro en 2016.
Además, la pieza está fabricada a partir de materiales reciclados del océano: el AIKON #tide tiene las mismas características de diseño que otros relojes de lujo, pero está hecho de plástico reciclado del océano combinado con fibra de vidrio. El material compuesto resultante es dos veces más duro que el plástico estándar, cinco veces más resistente y tiene una huella de carbono significativamente menor que la producción de PET virgen. Se necesitan 17 botellas para fabricar un reloj y su embalaje a medida.
Carolina es, desde hace tres años, embajadora de Maurice Lacroix. La jugadora ha explicado que para ella el «tiempo» y la «precisión» son elementos fundamentales dentro del campo de juego, por lo que se siente muy identificada con una marca como esta, con la que comparte valores dentro y fuera de la pista.
